miércoles, 30 de enero de 2013

La vestimenta griega

La indumentaria en la Antigua Grecia constaba de dos piezas:
  • La inferior, el quitón, era una túnica, por lo común, sin mangas que llegaba hasta las rodillas y se ceñía a la cintura.
  • La superior, el himatión, consistía en una especie de manto rectangular que se echaba sobre el hombro izquierdo y se recogía por el lado opuesto, dejando ordinariamente libre en sus movimientos el brazo de esta parte; y cuando se iba de viaje o de guerra se cambiaba el himatión por la clámide, capa rectangular en tres de sus lados y algo circular en la parte que rodeaba el cuello, más corta que el manto y abrochada con fíbula sobre el hombro derecho.

La túnica o quitón sufrió muchas variaciones siendo una de ellas el exomis, propio de obreros o esclavos que dejaba al descubierto el hombro derecho con todo el brazo. Asimismo, la túnica larga, propia de nobles, de filósofos y de mujeres y el diploide o doble quitón, formado por una túnica larguísima que se redoblaba hacia la cintura.
Dichas piezas se hacían de lino, de lana o de biso y más delante de seda y se adornaban con franjas a modo de galones y con otros bordados, siempre con sobriedad y buen gusto, dando preferencia a los colores blanco y verde.
Se sabe que los hombres usaban generalmente túnicas de menor largo en comparación al femenino, mientras ellas cubrían todas sus piernas los varones las mantenían descubiertas. Es aquí donde se puede ver una gran influencia de las prendas de vestir del oriente, donde lo primordial eran tan solo esta clase de túnicas además de capas que cubrían todo el cuerpo de pies a cabeza. Es el caso de las capas el que se puede considerar como tanto propio de los hombres y mujeres sin mayor distinción al respecto.
Los pobladores de menores recursos económicos, como por ejemplo campesinos, solían utilizar pieles y lana de animales, las cuales no tenían mayor acabado estético que aproveche el material. Los guerreros parecen ser los únicos que llegaban a utilizar pantalones como una medida extra de protección ante ataques.
Solían ir los griegos con la cabeza descubierta pero cuando era necesario resguardarla de la intemperie, llevaban el píleo, gorro semiovoideo de piel o la mitra a modo de turbante oriental o el pétaso que era un sombrero de fieltro y con alas. Para calzado (que ordinariamente, no se usaba dentro de casa) se servían de la crépida, especie de sandalia o de la carbatina semejante a la abarca de los pueblos montañeses, o bien del coturno, parecido a un borceguí el cual servía especialmente para los actores de la tragedia, dándole entonces gran altura con una suela de madera muy gruesa. Las mujeres griegas usaban larga túnica a veces en forma de diploide y sobre ella, el himatión o peplos; esta última pieza, amplia y de forma rectangular, se llevaba unas veces a modo de túnica ceñida y otras como manto, considerándose siempre como la túnica superior de Minerva. Se cubrían la cabeza con un velo llamado calyptra, cuando no llevaban el manto de modo que bajase desde ella.


Vestimenta masculina

Las prendas esenciales del vestido de los hombres y de las mujeres se designaban con los mismos nombres, chitón o himatión, que se traducen por túnica y capa respectivamente. El chitón y el himatión parece a primera vista que componían todo el traje de los hombres, por lo menos el de calle y de ceremonia; pero los dibujos de los vasos griegos representan guerreros que llevan pantalones unos, y otros jalecos con medias mangas, análogos a las camisetas interiores de hoy y a los jubones; hay una estatuita de Hermes que lo representa con una a manera de enagua plegada semejante al faldellin que gasta el griego de hoy. El traje civil parece que se simplificó en tiempo de las guerras médicas. El chitón era una especie de blusa larga, sin mangas, recogida en la cintura por medio de un cinturón, que llegaba sin embargo a la rodilla y muy a menudo a los pies. El himatión era una larga capa formada de una sola pieza de tela que se envolvía al cuerpo, como lo hacen hoy los españoles con la suya. Los jóvenes llevaban de preferencia una especie de esclavina sujeta al cuello, llamada clámide. En la cabeza llevaban unas veces un canso bonete de fieltro llamado pilos y otras un sombrero de ala grande, el petaso, que se echaba hacia atrás hasta tocar en la espalda.

Vestiementa femenina

El traje femenino no fue ni mas uniforme, ni mas inmutable que el de nuestros días. La moda ha tenido sus caprichos hasta en Atenas. Los griegos llevaban trajes complicados, cuerpos de vestido ajustados, con mangas huecas y faldas plegadas, los pliegues eran pequeños , abultados a veces y a veces adornados con volantes realzados con dibujos o con bordados. En tiempo de las guerras medicas, el chiton era la pieza principal del traje, tanto para los hombre como para las mujeres..
El chitón de las mujeres formaba, por lo largo y ancho que era, una verdadera falda flotante ceñida en la cintura. Esa falda era unas veces de lana y caía formando grandes pliegues, otras de tela de lino artisticamente aplanchada. Para salir, se envolvía la mujer en un himatión, más amplío y de tela más flexible y más rica que el de los hombres. Existían trajes de todos los colores y dibujos; pero los más comunes eran los de lana blanca con franjas de color. El verdadero lujo de las mujeres consistía en las joyas. Las formas del peinado eran muy variadas. Las mujeres hacían uso de peines, diademas y hasta de afeites y cabellos postizos.

Calzado

Hombres y mujeres se calzaban con sandalias, que es un calzado compuesto de una suela que se asegura con correas hasta la garganta del pie, gustándoles en extremo el cuero de color. Con aquellas casas y aquellos trajes, Atenas debía parecer una ciudad árabe.

Indumentaria militar

Los soldados griegos solían llevar una larguita túnica que terminaba en pliegues simétricos y sobre ella, una coraza para el tronco formada por tiras de cuero con piezas metálicas o bien por solo dos piezas (peto y espaldar) que cubrían el pecho y la espalda y se unían con tiras metálicas o correas sobre los hombros mientras que la parte delantera de las piernas se defendía con las cnémides o canilleras. Para resguardo de la cabeza sirvió el casco de variadas formas, alcanzando mayor perfección el beocio, compuesto de visera y apéndice nasal por delante, cubrenuca por detrás y yugulares o apéndices para defender el cuello por los lados.

Higiene personal

Los griegos no conocían el jabón. En el baño se debía utilizar bien un carbonato de sosa impuro, bien una solución de potasa, o bien arcilla especial. Les gustaba bañarse antes de cenar.
Los griegos no empezaron a afeitarse completamente la barba y el bigote hasta después de Alejandro. En la época clásica, cuando se habla de una navaja siempre se trata de un accesorio del aseo femenino, ya que, para hacer desaparecer por completo el vello superfluo, las mujeres se depilaban con el candil o por medio de pastas especiales, pero también utilizaban navajas.
Después de las guerras médicas, en Atenas los niños eran casi los únicos que seguían llevando el pelo muy largo: cuando se aproximaban a la edad de la efebía se lo cortaban y lo consagraban a los dioses. Las mujeres libres sólo se cortaban el pelo temporalmente en señal de duelo.






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